Patrick Barrington. El guayanés que superó las fronteras


La pregunta del millón siempre ha sido, ¿qué es un artista?. Esta pregunta ha hecho explotar el ingenio tanto a ellos como a otros relacionados íntimamente con este mundo, pero ninguno podría tener la respuesta, ya que cada respuesta ha venido condicionada de, en mayor medida, por todo un repertorio de subjetividad, incluso aquella que planta el alto al fuego y pretende darle una descripción objetiva. 


Lo que sí tengo claro, es que el arte siempre ha venido acompañado de un artista, como creador (tal y como Alberto Durero posicionó tras su famoso autorretrato) y conector entre la honda cultura de pueblos, ciudades, países...
El artista, el descubridor descubierto. El investigador de la vida, investigado.

Hoy, no pude evitar compartir una oleada de emociones al leer un artículo, en concreto de la revista online Supamodu, acto seguido me dispuse a escribir esto partiendo del artículo para conocer su historia. Así como un acto revelador para mí lo quise compartir.

Esta es la obra de un pintor guayanés, Patrick Barrington, conocida por un autorretrato a la edad de 26 años. Continué leyéndola y asombrándome de cómo el tiempo en el arte pasa, pero en la historia se repite. 
La vida de este artista es singular, a mi parecer como la de todos ellos. Este joven nacía en Guyana sobre mediados del siglo XX y en 1960 partió a Londres, tras un viaje en barco de 11 días. Allí se escolarizó en la Byam Shaw School of Art, lo que posteriormente se conocería ya introducida en la Central St. Martins. Barrington no necesitaría mucho esfuerzo para adquirir la práctica que él ya había desarrollado, pero sí le sirvió para conectar rápidamente con el arte británico. Algo que comentaba la misma mujer que ayudó a descubrir a este artista y que aseguraba que Patrick ya pasaba horas en la biblioteca y que dentro de su imaginario artístico partía de algunos como el británico John Constable, William Hogarth o el maestro Rubens; además de otros artistas del s.XX como Jasper Johns. Pero el que más caracteriza su obra y al que reconoce entronizar es a Picasso, lo cual sorprende dado que es imposible que en los 50, estando en Guyana, pudiese haberlo conocido y más aún al ver los toques influyentes que marcan su obra.
De igual manera, nos hace saber como en su juventud, Patrick solía pintar obras de tema paisajístico sobre los jardines botánicos de su ciudad natal, Georgetown, los cuales posteriormente vendía a los turistas.

Gracias a la beca de la industria azucarera de Guyana pudo volver y continuar allí pintando, aunque su residencia permanente continuó siendo al sur de Londres, en Battersea, donde convivió con su amiga y pareja Hanna Greenwood, a quien conoció en los 60 cuando era estudiante de arte a pesar de ser ella una década mayor que él. Comunista y activista, Hanna pasó de escapar de Viena tras la llegada del nazismo a asentarse en Londres como conductora de autobús y posteriormente de camión. Hanna, irónicamente conocía mejor Guyana que el propio Patrick, algo que hizo enseguida que conectaran; esto es debido a que sobre los 50 viajó a Guyana, conviviendo con, por entonces político, conocido como padre de la nación guyacense, Cheddi Jagan y su mujer. 

Tras asentarse junto a Patrick en Battersea abrieron un bar llamado Corkscrew, que sería cerrado en los 90, "The bar was full of cats, had low prices and encouraged merriment, with the proprietress herlself dancing on tables well into her seventies." (Supamodu.com)

Patrick Barrington es un ejemplo de artista que emerge en una época como la nuestra, donde todo parece estar totalmente conectado e informatizado, pero que debido a su país de origen tan poco conocido en su arte se ha visto ensombrecido. Incluso a veces el exceso de información, de novedad, puede llegar a ocultar el talento de aquellos que aún se aferran a la vida como única vía de conocimiento. Aquellos, que no necesitan publicarse en los medios, porque la vida, de por sí los encuentra y nos hace conocedores y enteros espectadores de lo que es y siempre ha sido la historia del ARTISTA. 
De igual manera que comenta el artículo de dicha revista, es anecdótico la relación que se crea a lo largo de los años, cuando un joven Picasso nos conectaba a través de sus obras de carácter primitivista con el arte africano, marcado por un lenguaje totalmente único, en el que podía reconocer una originalidad vedada en Europa y más en el punto culminante como lo era el París de la época. Y cómo casi al mismo tiempo, Patrick Barrington, un guayanés, partía de un arte totalmente occidentalizado, que hundía las raíces y rebuscaba entre el origen, lo devuelve, como si de un boomerang se tratase al resto del mundo, plantando cara al gigante de occidente y revitalizando un arte que se superponía al pasado con los ojos cerrados.

Actualmente la obra se encuentra en la Castellani House, en Georgetown, construida por el arquitecto maltés Cesar Castellani, convertida en 1993 en nueva sede de la National Art Gallery. 


(Imagen obtenida de Supamodu.com)

Autorretrato

Vemos una clara atención al arte de Picasso como anteriormente comentábamos, un arte que roza el occidental, marcando la autoría, el sentido de creador, exponiéndose delante y plasmándose en la obra como tal, como pintor y artista. Como ya entonces Picasso parecía haber roto con los límites, este joven artista rompe con los suyos.

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